Piratería en el Caribe

La Piratería como rebelión anarko-punk

Según mis estudios, la piratería comenzó 5 minutos después de inventarse la navegación. Es un tipo de robo con violencia primario: la víctima es abstraída del marco normativo de la sociedad, quizás arriconada en un callejón o una cala, lejos de la vista de los testigos, donde la única ley aplicable es la del más fuerte. Pero más allá del propio acto del robo, la piratería trae aparejada una forma de vida muy particular, comunal y marginal, una empresa fugaz en un medio, el mar y el océano, que es hostil a los humanos, y donde la fuerza de la naturaleza se impone a cualquier voluntad.

Hablamos de piratas, aunque la mayor parte de las acciones de piratería las llevaron a cabo corsarios. Estos actuaban bajo la protección de una patente de corso emitida por un Estado, que les permitía atacar las embarcaciones de otras naciones con las que se estuviera en guerra. Es fascinante la historia de Barbarroja y los piratas de Berberia, y cómo hasta el sXIX Argel fue la capital de la piratería en el Mediterráneo. Estos corsarios contaban con una base donde abastecerse, reclutar y hacer reparaciones, y contaban con el apoyo de las autoridades, que les facilitaban el comercio de los productos robados, incluídos esclavos. Es muy interesante, pero aquí nos enfocaremos en otro tipo de piratas: bandas autónomas de oportunistas que no cuentan con protección legal en ningún país, que no distinguen pabellones ni se someten a nación alguna, que son perseguidos por todos. En la historia de la Piratería en el Mar Caribe encontraremos muchas de estas figuras eminentemente anarko-punks.

Nos interesa por qué un hombre, o una mujer, elegiría el camino de la piratería, que prácticamente asegura un final prematuro y violento. La vida de los piratas era, además, precaria: siempre en movimiento, algunas veces persiguiendo y otras siendo perseguidos, viviendo en barcos pequeños en compañía de criminales y desesperados. Y, de hecho, una proporcion muy alta de los piratas no eligió ese camino por voluntad propia. Cuando un barco era abordado por piratas, estos se llevarían la mercancía, pero también a valiosos marineros, carpinteros, curas, músicos... Estos se encontraban de golpe viviendo entre piratas, y siendo considerados como tales, luchando a su lado. Las posibilidades de escapar a esa condición eran muy escasas.

Pero miles eligieron el camino de la piratería por convicción. Las opciones de un jóven eran limitadas. En tierra había pobreza, aunque siempre estaba la guerra... En la Marina Mercante y las Compañías de Indias las condiciones de vida eran terribles, con mal sueldo, y sometido a la voluntad inapelable del Capitán. Frente a esto, la piratería ofrecía a hombres y mujeres desesperados una escapatoria de una vida destinada a la miseria, sin futuro, condenados por la pobreza, por su condición social, por su sexo, o por el color de su piel (se estima que más del 25% de los piratas eran esclavos liberados de barcos negreros provenientes de Africa). Ser pirata era jugársela a una carta: ahora era posible soñar con obtener suficiente riqueza como para vivir en libertad, aunque las probabilidades de éxito fueran ínfimas. Pero, además, la propia persecución de este objetivo distante era un ejercico de libertad, realizado al margen de la sociedad y los estados, en su contra y con su oprobio.

Las compañías piratas eran pequeñas sociedades democráticas. El capitán y los oficiales eran elegidos por mayoría, y todos los votos valían igual. Si bien se mantenían las jerarquías propias de la Armada, estas eran fluidas, y el nivel de respeto por la tripulación era muy elevado. Resultan fascinantes los documentos en los que vemos qué aspectos de esta sociedad fueron regulados, y cuales no. En el código de los Piratas de Bartholomew Roberts se regula el acceso al licor, el ruido por las noches, el reparto del botín. Los conflictos personales se resuelven personalmente. Se prohíbe siquiera hablar de abandonar la piratería hasta que todos y cada uno hayan logrado un botín 1000 libras. Solo hay dos castigos: muerte o abandono en una costa deshabitada. Y ya está. No necesitaban más.

Por encima de las aventuras, navegar por aguas turquesas, la tierra a la vista... nos interesa el carácter punk de los piratas. Más allá de la música, las chichetas, y las pintas, el Punk es un movimiento que gira alrededor de la pregunta "¿qué hacer hoy, si no hay futuro?" Para miles de personas en los siglos XVII y XVIII, la respuesta fue la Piratería.


La Piratería en el Caribe

Durante los siglos XVII y XVIII, las guerras europeas desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de la piratería en el Nuevo Mundo. Los enfrentamientos entre las principales potencias europeas, como España, Inglaterra, Francia y los Países Bajos, se extendieron a sus colonias en América, creando un clima de inestabilidad y caos. Las disputas territoriales y comerciales, combinadas con las rivalidades políticas y religiosas de la época, proporcionaron un contexto propicio para el surgimiento de corsarios y bucaneros que operaban con el respaldo tácito o incluso explícito de sus respectivos gobiernos.

Las Flotas del Tesoro

Las Flotas del Tesoro consistían en grandes convoyes de galeones y navíos de carga pesada, protegidos por una escolta de buques de guerra. El tesoro provenía principalmente de regiones como el Virreinato de Nueva España (México) y el Virreinato del Perú, donde se encontraban las minas de oro y plata más ricas del mundo, como la de Potosí. Estas riquezas eran transportadas desde los puertos de Veracruz en México y Cartagena de Indias en Colombia hacia la metrópoli en Europa (ver mapa). Un solo convoy podía incluir hasta 30 o más navíos, llevando consigo cientos de toneladas de oro, plata, piedras preciosas y otros bienes.

A la cabeza del convoy navegaba la nao capitana, en la cola la nave almiranta, dos galeones fuertemente armados. Los galeones eran enormes fortalezas flotantes, diseñadas para la navegación oceánica. Llegaron a medir hasta 60m de eslora, embarcaban más 500 hombres y armaban hasta 60 cañones. Formaban alrededor del 20% de las Flotas del Tesoro, como protección de los barcos de carga como las naos.

En comparación, las flotas piratas eran mucho más pequeñas y ágiles, compuestas principalmente por barcos ligeros como fragatas y bergantines, que podían maniobrar con rapidez y escapar fácilmente de la persecución. Aunque las flotas piratas no podían competir en términos de tamaño o fuerza bruta, su conocimiento del terreno y su rapidez les convirtieron en un peligro real para las Flotas del Tesoro, y el comercio con América en general.

Piratas

Netchev, Simeon. The Spanish Main and Caribbean Pirate Havens c. 1670." World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 01 Sep 2021. Web. 07 Feb 2024.

Rutas de las Flotas del Tesoro, el Reino de Tierra Firme (las partes del Imperio Español en el continente de América con costas en el Mar Caribe y el Golfo de México) y las islas en el Caribe. También muestra los refugios más notorios de los bucaneros y piratas que acechaban a los barcos mercantes y al flujo del tesoro español desde la región.

Refugios piratas

Tortuga

Varios puntos estratégicos en el Caribe se convirtieron en refugios para piratas, contribuyendo al auge de la piratería en la región. La isla de Tortuga, situada frente a la costa de Haití, emergió como uno de los principales bastiones piratas del Mar Caribe. Originalmente deshabitada, Tortuga fue colonizada por los europeos en el siglo XVII, convirtiéndose en un punto estratégico para las potencias marítimas de la época debido a su ubicación y sus recursos naturales. Tortuga pasó por varias manos coloniales, siendo disputada entre potencias como España, Francia e Inglaterra. Sin embargo, su ubicación remota y sus condiciones geográficas inhóspitas la convirtieron en un lugar difícil de controlar, lo que facilitó su uso como refugio para bucaneros y piratas.

Tortuga emergió como un bastión para aquellos que buscaban un refugio seguro desde el cual lanzar ataques contra los navíos comerciales y las rutas marítimas españolas. Los bucaneros, que inicialmente se dedicaban a la caza de ganado salvaje y al ahumado de carne en la isla, pronto se convirtieron en expertos navegantes y combatientes navales. Los piratas y bucaneros que se establecieron en la isla operaban bajo un sistema de autogobierno, donde las decisiones importantes se tomaban colectivamente en reuniones o consejos de líderes piratas. Estos líderes, a menudo los piratas más exitosos y respetados, ejercían una autoridad informal sobre la comunidad pirata y supervisaban las actividades en la isla.

Juan de la Corte

Uno de los gobernantes más famosos de Tortuga fue Jean Le Vasseur, conocido también como François l'Olonnais. L'Olonnais, fue uno de los corsarios más infames del siglo XVII y una figura emblemática de la piratería en el Mar Caribe, donde se ganó una reputación temible por su crueldad y su audacia.

La isla de Tortuga se convirtió en una base importante para l'Olonnais y otros corsarios durante su reinado de terror en el Caribe. Desde allí, lanzaba incursiones contra objetivos españoles en la región y reabastecía sus embarcaciones antes de zarpar en busca de nuevas presas. Lideró incursiones violentas contra los asentamientos españoles en el Caribe, saqueando ciudades costeras y asaltando navíos comerciales con ferocidad implacable. Utilizaba tácticas brutales para obtener información de prisioneros y a menudo llevaba a cabo atrocidades contra sus enemigos, lo que le valió el apodo de "El Torturador" entre los españoles. L'Olonnais alcanzó su cúspide de fama y poder a finales de la década de 1660, pero su carrera pirata llegó a un fin violento en 1668. Durante una expedición en la costa de Honduras, fue capturado por una tribu indígena y murió en circunstancias desconocidas.

Port Royal

Port Royal, ubicado en la costa sur de Jamaica, fue uno de los puertos más importantes del Mar Caribe durante los siglos XVII y XVIII. La ciudad se convirtió en un centro crucial para el comercio marítimo y la piratería en la región debido a su ubicación estratégica y su puerto natural bien protegido.

Durante el apogeo de la piratería en el Caribe, Port Royal ganó notoriedad como un refugio para los piratas y corsarios que merodeaban por los mares circundantes. La ciudad, conocida como la "ciudad más malvada de la Tierra", se convirtió en un lugar de reunión para los bucaneros, filibusteros y otros forajidos del mar que buscaban refugio, víveres y compañerismo entre sus iguales.

Uno de los personajes más destacados asociados con Port Royal fue Henry Morgan, un pirata galés que se convirtió en una figura legendaria en la historia de la piratería. Morgan, un hombre astuto y carismático, se estableció en Port Royal y utilizó la ciudad como base para sus incursiones piratas contra los intereses españoles en el Caribe. Con el respaldo tácito del gobierno inglés, Morgan lideró exitosas expediciones contra ciudades costeras y convoyes españoles, acumulando una gran fortuna y fama en el proceso.

En 1674, Henry Morgan fue nombrado gobernador de Jamaica, lo que lo convirtió en uno de los antiguos piratas más prominentes en alcanzar un alto cargo político. Bajo su mandato, Port Royal floreció como un centro comercial y naval, aunque la piratería seguía siendo una parte importante de la economía local. Morgan utilizó su posición para pacificar a los piratas y promover la legalidad en la región, aunque algunos historiadores sugieren que siguió apoyando actividades piratas de manera encubierta.

Sin embargo, la era dorada de Port Royal llegó a un abrupto final en 1692 cuando un devastador terremoto asoló la ciudad, seguido por un tsunami que sumergió gran parte de la urbe bajo el agua. El desastre resultante causó la muerte de miles de personas y dejó a Port Royal en ruinas. Aunque la ciudad fue reconstruida posteriormente, nunca recuperó su antiguo esplendor y la piratería en la región comenzó a declinar gradualmente.

Piratas

Netchev, Simeon. The Spanish Main & the West Indies c.1720." World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 02 Nov 2021. Web. 07 Feb 2024.

El mapa ilustra el cambio en el equilibrio del poder colonial entre los Imperios Español, Inglés y Francés en el siglo XVIII a lo largo de las costas de América, específicamente en el Mar Caribe y el Golfo de México. Esta región, conocida como la Tierra Firme Española y las Indias Occidentales, fue testigo de cambios significativos en la dominación. Además, el mapa representa los patrones comerciales y las rutas seguidas por las Flotas del Tesoro, ofreciendo información sobre el flujo del comercio durante esa época.


La República de Nassau

La historia de la "república" pirata de Nassau es fascinante y está intrínsecamente ligada a la figura del gobernador de las Bahamas, Woodes Rogers. Nassau, situada en la isla de Nueva Providencia en las Bahamas, se convirtió en un centro crucial para los piratas del Caribe durante la Edad de Oro de la Piratería en los siglos XVII y XVIII.

Nassau, con su puerto natural y su ubicación en el corazón del Caribe atrajo a bucaneros, corsarios y piratas de todas las nacionalidades. Estos renegados del mar encontraron en Nassau un refugio seguro donde podían reparar sus barcos, vender su botín y disfrutar de la vida sin las restricciones de la ley.

A lo largo de los años, Nassau se convirtió en una especie de "república" pirata, donde los bucaneros y corsarios establecieron su propio sistema de gobierno basado en la democracia rudimentaria. Se dice que las decisiones importantes se tomaban en asambleas de piratas, donde cada hombre tenía derecho a voto y se discutían los asuntos de la comunidad.

Sin embargo, a pesar de su apariencia de libertad y autogobierno, Nassau estaba lejos de ser una utopía pirata. La vida en la isla era peligrosa y llena de conflictos internos. Además, las incursiones piratas en las rutas comerciales y los asaltos a barcos comerciales provocaron represalias de las potencias coloniales europeas.

En 1718, el gobierno británico decidió tomar medidas enérgicas contra la piratería en el Caribe y envió a Woodes Rogers a Nassau con una flota de guerra. Rogers, un ex pirata convertido en corsario bajo el servicio del gobierno británico, fue nombrado gobernador de las Bahamas con la misión de acabar con la piratería en la región.

A su llegada a Nassau, Rogers se encontró con una situación caótica. La isla estaba controlada en gran medida por piratas y bucaneros, y la autoridad británica era prácticamente inexistente. Sin embargo, Rogers era un líder decidido y enérgico, y se propuso restaurar el orden y la ley en Nassau.

Rogers ofreció un perdón real a todos los piratas que se entregaran voluntariamente y prometieran abandonar la piratería. Muchos piratas aceptaron la oferta y entregaron sus armas, pero otros se resistieron y huyeron de Nassau.

Con el tiempo, Rogers logró imponer el control británico en Nassau y restaurar la autoridad de la corona en las Bahamas. Aunque la "república" pirata de Nassau llegó a su fin, su legado perduró en la historia del Caribe como un símbolo de la época dorada de la piratería.

El fin de la Era de Oro de la Piratería en el Caribe

Preocupadas por el enorme coste que la piratería tenía para el comercio en el Caribe, y entre América y Europa, las potencias coloniales intensificaron sus esfuerzos militares para combatir a los piratas en el mar. Se establecieron flotas de guerra y patrullas navales para vigilar las rutas comerciales y proteger los intereses coloniales de los ataques piratas. Estas fuerzas navales persiguieron activamente a los piratas y llevaron a cabo operaciones de represalia contra sus bases y refugios en el Caribe.

Juan de la Corte

Además, una serie de medidas legislativas desempeñaron un papel crucial en la lucha contra la piratería en el Caribe durante el siglo XVIII. Entre ellas destacan leyes específicas como el Acta para la Supresión de la Piratería, aprobada en 1698 por el Parlamento Británico. Esta ley permitía a las autoridades británicas perseguir y castigar a los piratas, incluso más allá de las fronteras de las colonias británicas. Asimismo, en el año 1717, se promulgó en Gran Bretaña el Acta de Martillo, que otorgaba a la Corona poderes adicionales para combatir la piratería, incluyendo la capacidad de confiscar bienes y propiedades de piratas capturados. En Francia, el Rey Luis XIV emitió en 1681 un edicto conocido como la Ordenanza de Marsella, que establecía severas penas para aquellos involucrados en actividades piratas en las aguas francesas del Caribe.

Otro factor importante fue la promulgación de amnistías y perdones para los piratas que se entregaran voluntariamente a las autoridades y renunciaran a la piratería. Estas medidas ofrecían clemencia a los piratas arrepentidos a cambio de su cooperación y su promesa de abandonar sus actividades criminales. Por ejemplo, la Proclamación para la Supresión de la Piratería de Jorge I en 1717 ofreció perdones a los piratas que se rindieran antes de una fecha límite específica.

En conjunto, estas leyes y políticas antipiratería contribuyeron al declive de la piratería en América y al restablecimiento del orden en el mar. La época dorada de la Piratería en el Mar Caribe terminó a mediados del sXVIII, asociando para siempre en nuestras mentes el mar y la promesa de libertad radical y apátrida.


Piratas Célebres

Henry Morgan

Henry Morgan, nacido alrededor de 1635 en Gales, fue un pirata galés que se convirtió en uno de los corsarios más temidos y exitosos del siglo XVII. Su carrera pirata estuvo marcada por audaces incursiones contra las posesiones españolas en el Caribe, que lo llevaron a acumular una gran fortuna y renombre en la región.

Morgan inició su vida en el Caribe trabajando como colono en la isla de Barbados, donde pronto se involucró en actividades piratas. A medida que su reputación creció, se unió a otras bandas piratas y comenzó a liderar sus propias incursiones contra los intereses españoles en la región.

Henry Morgan

Uno de los episodios más destacados en la carrera de Morgan fue su famosa incursión en la ciudad de Portobelo en 1668. Con una flota de barcos y un contingente de piratas, Morgan logró sorprender y saquear la ciudad, capturando un botín considerable y ganándose el favor y la admiración de otros piratas.

Sin embargo, fue su ataque a la ciudad de Panamá en 1671 lo que consolidó la reputación de Morgan como uno de los corsarios más temidos del Caribe. Con una flota de 36 barcos y más de 2000 hombres, Morgan logró tomar la ciudad después de un asedio brutal, saqueándola y dejándola en ruinas.

Después de sus exitosas incursiones, Morgan regresó a Port Royal, en la isla de Jamaica. Bajo el control inglés, Port Royal se convirtió en un lugar de reunión para piratas de todas partes del mundo, donde podían vender su botín, reponer suministros y disfrutar de un estilo de vida desenfrenado y sin ley. La ciudad estaba llena de tabernas, burdeles y casas de juego, y era conocida por su ambiente de libertinaje y corrupción.

Morgan fue nombrado gobernador de Jamaica en 1674, lo que demuestra la relación ambivalente entre la corona británica y los piratas en ese momento. Sirviendo como gobernador, Morgan trató de limpiar la reputación de la isla y luchar contra la piratería, aunque su pasado como corsario lo persiguió hasta el final de sus días, en 1688.

Bartholomew Roberts

Bartholomew Roberts, también conocido como "Black Bart", emerge en la historia como uno de los piratas más exitosos y temidos del siglo XVIII. Nacido en Gales alrededor de 1682, poco se sabe sobre sus primeros años, pero se cree que comenzó su carrera como marinero antes de unirse a la piratería en la década de 1710.

Roberts alcanzó fama y notoriedad como pirata en 1719, cuando fue capturado por el pirata Howell Davis y obligado a unirse a su tripulación. Tras la muerte de Davis en 1719, Roberts fue elegido por la tripulación como su nuevo capitán debido a su carisma, habilidades de liderazgo y determinación.

Como capitán, Roberts llevó a cabo una serie de incursiones audaces y exitosas en el Atlántico y el Caribe, capturando cientos de barcos y acumulando una gran fortuna. Se estima que durante su carrera pirata, Roberts capturó más de 400 barcos, convirtiéndolo en uno de los piratas más prolíficos de la historia.

Era conocido por su astucia en el combate naval y su habilidad para evadir a las fuerzas navales de las potencias coloniales. Utilizaba tácticas innovadoras y estratégicas, como el uso de banderas piratas para intimidar a sus presas y disuadir a los enemigos potenciales.

A diferencia de muchos otros piratas de la época, Roberts no era conocido por su crueldad hacia sus víctimas. Prefería intimidar a sus objetivos con demostraciones de fuerza y astucia en lugar de recurrir a la violencia. Sin embargo, cuando era necesario, no dudaba en usar la fuerza para someter a sus oponentes.

La vida de Roberts llegó a su fin el 10 de febrero de 1722, durante un encuentro con la Royal Navy cerca de la costa de África Occidental. Su barco, el "Royal Fortune", fue atacado por el navío de guerra británico "HMS Swallow". En medio del combate, Roberts recibió un disparo de grapas en la garganta y murió instantáneamente.

El Código de los Piratas de Bartholomew Roberts

Barbanegra

Edward Teach, mejor conocido como Barbanegra, emerge en la historia como uno de los piratas más legendarios y temidos del siglo XVIII. Nacido probablemente en Bristol, Inglaterra, alrededor de 1680, los detalles precisos sobre su vida temprana son escasos y, en su mayoría, se encuentran envueltos en un velo de mito y leyenda. Sin embargo, es ampliamente aceptado que Teach comenzó su carrera marítima como un marinero común, navegando en los mares comerciales de la época antes de sucumbir a los llamados de la piratería.

Edward Teach

La figura de Barbanegra comenzó a adquirir notoriedad a principios del siglo XVIII, cuando se aventuró en los aguas infestadas de piratas del Mar Caribe. Fue durante esta época que comenzó a forjar su leyenda, adoptando su característica apariencia terrorífica que incluía un aspecto desaliñado, una barba espesa y mechones de cuerda encendidos que se enroscaban en su sombrero y se encendían durante los combates, una táctica que buscaba infundir pánico en sus adversarios.

Uno de los aspectos más fascinantes de la carrera de Barbanegra es la naturaleza dual de su carácter. Aunque a menudo es retratado como un monstruo implacable y despiadado, también era conocido por su astucia y su habilidad para manipular situaciones a su favor. A lo largo de su carrera, Barbanegra no solo se dedicó al saqueo y al pillaje, sino que también se embarcó en complicadas estrategias políticas y diplomáticas, cultivando alianzas con gobernadores corruptos y oficiales navales para proteger sus intereses.

Sin embargo, no se puede negar que la reputación de Barbanegra estaba construida sobre una base de violencia y brutalidad. Sus incursiones piratas eran a menudo marcadas por la crueldad extrema, y los relatos de sus atrocidades pronto se extendieron por toda la región, contribuyendo a su aura de terror. Sin embargo, también es importante reconocer que, a pesar de su fama de sanguinario, Barbanegra rara vez mataba a sus prisioneros sin una razón estratégica, prefiriendo en su lugar utilizar el miedo como una herramienta para obtener sumisión.

La muerte de Barbanegra llegó en noviembre de 1718, durante un enfrentamiento con las fuerzas navales británicas lideradas por el teniente Robert Maynard. Después de un intenso combate en las costas de Carolina del Norte, Barbanegra fue abatido, recibiendo múltiples heridas de bala y cortes antes de finalmente sucumbir a sus lesiones. Su cabeza fue cortada y colgada de la proa del barco de Maynard como una advertencia para otros piratas, marcando el trágico fin de una de las figuras más icónicas de la Edad de Oro de la Piratería.

Mary Read

Mary Read es conocida en la historia de la piratería como una de las pocas mujeres que desafiaron las normas de género de su época para embarcarse en una vida de aventura y peligro en el mar. Nacida a fines del siglo XVII en Inglaterra, poco se sabe sobre sus primeros años, pero se sabe que desde una edad temprana fue obligada a vivir como un niño por su madre viuda para poder recibir la herencia de su abuela.

Edward Teach

Disfrazada como un hombre, Read se unió al ejército británico y luchó en Flandes durante la Guerra de Sucesión Española, donde demostró ser una soldado valiente y competente. Después de la guerra, se embarcó en una serie de trabajos, incluyendo el servicio en un barco de esclavos y como corsaria en el Caribe.

Fue durante su tiempo como corsaria que conoció a Anne Bonny, otra mujer disfrazada de hombre que se había unido a la tripulación del pirata Calico Jack Rackham. Read se unió a la tripulación de Rackham y rápidamente se hizo un nombre por sí misma como una pirata feroz y valiente.

Junto con Bonny y Rackham, Read participó en una serie de incursiones piratas en el Caribe, capturando barcos y acumulando un considerable botín. Su reputación como una de las piratas más temidas de la región creció rápidamente, y su presencia en el mar era conocida por inspirar miedo en sus enemigos.

Sin embargo, la carrera pirata de Read fue marcada por un giro inesperado cuando se enamoró de otro miembro de la tripulación, un joven pirata cuya vida fue amenazada por disputas internas en el barco. Ante la perspectiva de perder al amor de su vida, Read desafió las convenciones y se batió en un duelo a espada para salvarlo, demostrando su valentía y lealtad a su compañero.

El barco de Rackham fue capturado por las autoridades británicas en octubre de 1720 cerca de la isla de Jamaica. Read y Bonny fueron capturadas y llevadas a juicio por piratería. Aunque sus sentencias fueron conmutadas debido a que ambas estaban embarazadas en ese momento, la vida de Read llegó a su fin en prisión poco después, probablemente de fiebre puerperal.

"La horca es un final apropiado, ya que si no fuera por temor a ella, cualquier cobarde se convertiría en pirata, infestando los mares hasta el punto en el que los valientes terminaran muriendo de hambre. Si dejaran elegir a los piratas, no elegirían otro castigo que la muerte, el miedo a la cual ha mantenido en la honestidad a no pocos bastardos. Muchos de esos que hoy engañan a viudas y huérfanos y oprimen a sus vecinos pobres, a aquellos que no tienen dinero para obtener justicia, robarían en el mar tanto como en la tierra. Y ningún mercader se atrevería a navegar, de modo que la piratería pronto dejaría de resultar provechosa"
Mary Read

Edward Low

Edward Low, uno de los piratas más infames y sanguinarios del siglo XVIII, ha dejado una marca indeleble en la historia marítima como un verdadero exponente del terror en los mares. Nacido probablemente en Inglaterra a finales del siglo XVII, poco se sabe sobre los primeros años de Low, pero su legado posterior lo define como un hombre de violencia desenfrenada y brutalidad sin límites.

A diferencia de algunos de sus contemporáneos que adoptaron una fachada de carisma y astucia, Low se destacó por su comportamiento despiadado y su falta de escrúpulos. Durante su carrera pirata, que alcanzó su apogeo en la década de 1720, Low y su tripulación aterrorizaron las rutas comerciales del Atlántico y el Caribe con una serie de asaltos brutales y actos de violencia inimaginables.

Low era conocido por su sadismo y sus métodos de tortura extremadamente crueles. Sus prisioneros sufrían horribles tormentos, que incluían azotes, quemaduras, mutilaciones y otros actos de violencia física y psicológica diseñados para infundir terror en sus víctimas y obtener información valiosa sobre la ubicación de tesoros y riquezas.

Su mala fama se extendió rápidamente por toda la región, y su nombre pronto se convirtió en sinónimo de terror en los mares. Las historias de sus atrocidades se difundieron entre los marineros y comerciantes, y muchos navegantes preferían rendirse sin luchar antes que enfrentarse a la ira desenfrenada de Low y su tripulación.

Aunque Low fue uno de los piratas más temidos de su época, su carrera fue relativamente corta. Después de una serie de incursiones exitosas, fue capturado por las autoridades británicas en 1724 y llevado a juicio por sus crímenes. Fue condenado por piratería y colgado en Boston, poniendo fin a la carrera de uno de los piratas más despiadados de la historia.

William Kidd

William Kidd, más conocido como Capitán Kidd, fue un marino escocés nacido alrededor del año 1645 en Greenock, Escocia. Su vida está marcada por la leyenda y la controversia, convirtiéndose en uno de los piratas más famosos de la historia.

Se sabe poco sobre los primeros años de Kidd. Se cree que comenzó su carrera marítima como corsario en el Caribe durante las Guerras Anglo-Holandesas, donde sirvió en varios barcos de la Marina Real Inglesa. Posteriormente, se trasladó a Nueva York, entonces una colonia británica, donde estableció una relación con algunos comerciantes y personalidades influyentes.

En 1695, Kidd recibió una comisión del gobierno británico para cazar y capturar piratas en el Océano Índico. La Compañía Británica de las Indias Orientales y algunos nobles financiaron su expedición con la esperanza de poner fin a la creciente amenaza de la piratería en esa región. Kidd partió de Inglaterra al mando del barco "Adventure Galley" con una tripulación de alrededor de 150 hombres.

Sin embargo, a medida que avanzaba en su misión, Kidd se vio tentado por la oportunidad de obtener grandes riquezas saqueando barcos mercantes. Sus acciones pronto se desviaron del propósito original de su expedición y comenzó a ser considerado un pirata por las autoridades británicas. Sus crímenes alcanzaron su punto culminante en 1698, cuando el "Adventure Galley" capturó un barco armenio, el "Quedagh Merchant", cargado de valiosas mercancías.

La suerte de Kidd cambió drásticamente cuando regresó a Nueva York en 1699. Fue arrestado y enviado a Inglaterra para ser juzgado por piratería y asesinato. Su juicio fue un evento de gran repercusión, ya que se convirtió en un símbolo de la lucha contra la piratería en alta mar. En mayo de 1701, fue declarado culpable y sentenciado a muerte.

El Capitán Kidd fue ahorcado en Execution Dock, en las orillas del río Támesis en Londres, el 23 de mayo de 1701. Su cuerpo fue colgado en una jaula de hierro como advertencia para otros posibles piratas.

William Fly

William Fly emergió como una figura temida en las aguas del Atlántico durante la primera mitad del siglo XVIII, un período marcado por la intrépida audacia de los piratas. Poco se conoce de sus orígenes o primeros años, pero su nombre resonaría en los anales de la piratería como un hombre cuyas acciones eran tan despiadadas como infames.

Se dice que Fly se unió a la piratería en los turbulentos mares del Atlántico a principios del siglo XVIII. Su reputación se forjó no solo por su capacidad para capturar barcos y saquear cargamentos valiosos, sino también por su brutalidad hacia aquellos que osaban enfrentarse a él. Los informes contemporáneos hablan de sus métodos crueles y despiadados, infligiendo sufrimientos inimaginables a los marineros y comerciantes que caían en sus manos.

El nombre de William Fly pronto se convirtió en sinónimo de terror en el mar. Sus incursiones dejaron una estela de destrucción y desolación, y su leyenda creció con cada nuevo relato de sus atrocidades. Sin embargo, la fortuna de Fly llegaría a su fin cuando las autoridades coloniales decidieron poner fin a su reinado de terror.

En 1726, después de una serie de enfrentamientos con barcos de la Royal Navy, William Fly fue capturado y llevado a juicio en Boston. Su destino estaba sellado: fue declarado culpable de piratería y condenado a muerte. La ejecución de Fly marcó el final de la era de oro de la Piratería en el Caribe.

Otros célebres piratas del mar Caribe

El Capitán Charles Johnson y la Historia General de la Piratería

Charles_Johnson

El Capitán Charles Johnson es el seudónimo utilizado por un autor desconocido o posiblemente varios autores que escribieron "A General History of the Pyrates" (Historia General de la Piratería), publicado por primera vez en 1724 en Londres. Este libro es una recopilación detallada de las vidas y actividades de numerosos piratas famosos que operaron en el Mar Caribe y otras partes del mundo durante los siglos XVII y XVIII.

Es un libro muy bonito. Publicado en 1724, no es un libro de historia, sino más bien una investigación periodística. Muchos piratas estaban en activo en ese momento, incluyendo algunos de los referidos en el libro como Edward Low. Las referencias a documentos legales, como sentencias de juicios de piratería, se mezclan con extensos pasajes sobre las vidas privadas de los piratas que parecen difíciles de contrastar. El autor tiene una actitud muy divertida: es un hombre moderado y juicioso y moralista, que relata, a la vez que condena, unas vidas infames por las que se siente fascinado. Como cabía esperar de alguien que firma Capitán, está familiarizado con la navegación, la vida en el mar, la geografía... Es un libro que enciende la imaginación, y pronto se convirtió en la inspiración de una visión Romántica de la piratería que perdura hasta nuestros días.



Las banderas piratas

Las banderas piratas desempeñaron un papel crucial en la estrategia de los piratas para inspirar terror y obtener rendiciones rápidas de sus víctimas. Estas banderas, también conocidas como "Jolly Roger", se izaron en los mástiles de los barcos piratas como un símbolo distintivo de su identidad y propósito. Además, me gustan mucho.

La importancia de las banderas piratas radicaba en su capacidad para comunicar un mensaje claro y amenazante a las potenciales víctimas. Las calaveras y los huesos cruzados simbolizaban la muerte y la violencia, y su presencia enarbolada en un barco significaba que los piratas estaban dispuestos a usar la fuerza extrema si era necesario. La visión de una bandera pirata ondeando en el horizonte a menudo provocaba pánico entre las tripulaciones de los barcos mercantes, ya que sabían que estaban a punto de enfrentarse a una fuerza implacable y despiadada.

Además de su función como herramienta de intimidación, las banderas piratas también servían para establecer la reputación y la fama de los piratas. Los relatos de encuentros con piratas famosos y sus icónicas banderas se difundían rápidamente entre los marineros y las comunidades costeras, contribuyendo a la leyenda y al mito que rodeaba a estos forajidos del mar. Esta fama aumentaba el efecto intimidatorio de las banderas piratas, ya que las víctimas sabían que estaban siendo atacadas por piratas renombrados y temidos en toda la región.

La primera mención documentada de una bandera pirata con una calavera y huesos cruzados data de 1700, asociada al capitán Emanuel Wynne. Sin embargo, fue bajo el reinado del pirata Bartholomew Roberts que las Jolly Roger alcanzaron prominencia.


Calico Jack

Piratas

Henry Every

Piratas

Edward Low

Piratas

Stede Bonnet

Piratas

Bartholomew Roberts

Piratas

Barbanegra

Piratas

Laurens de Graaf

Piratas

John England

Piratas

Emanuel Wynne

Piratas

Jean Thomas Dulaien

Piratas

John Taylor

Piratas

Notas

El libro "A General History of the Robberies & Murders of the most Notorious Pirates", del Capitán Charles Johnson (1722), no solo es fuente documental ineludible en el relato de la piratería en el Caribe, sino también el causante de un feroz resurgir en mi interés por el tema. Búsquelo.

Las excelentes ilustraciones del Caribe son de Simeon Netchev, publicadas bajo licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike.

Las banderas piratas son de

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Referencias

MUCAIN - Los navíos de la Carrera de Indias

Desperta Ferro - La edad de oro de la piratería

World History Encyclopedia - Pirate Havens in the Golden Age of Piracy

Otros enlaces

Maravilloso mapa con referencias a los más celebres piratas: Map of Famous Pirates, Buccaneers and Freebooters

Referencias a piratas en los mapas de David Rumsey: Pirates

Estudio sobre el ataque de Henry Morgan a la ciudad de Panamá em 1671: The Attack on Panama City by Henry Morgan

Una poesía Romántica, una de las mejores sorpresas del colegio: Cancion del pirata de José de Espronceda (1876)

Artículo sobre la piratería berberisca en Guipúzcoa: Cautivos en Berbería

Estudio sobre la piratería norte-africana tras la expulsión de los moriscos, por el Capitán de Navío en Reserva Jose Manuel Gutierrez de la Cámara Señan: Los Corsarios de Salé